El cantaor jerezano presta su voz a este «Quijote Cantante y Sonante», y las palabras escritas por Cervantes se entienden bien y suenan profundas aún al compás de bulerías, tangos o fandangos. Una puesta en escena con sencillez y originalidad, atrevida y necesaria en un espectáculo eminentemente flamenco, sin aditamentos de otras músicas, sin vestuario rebuscado, sin escenografía surrealista. Se trata de un concierto de cante para exaltar al personaje cervantino y a su creador.