Comisariada por Emilio Peral, esta exposición ofrece un recorrido por las principales recreaciones literarias, iconográficas y pictóricas realizadas sobre el inmortal personaje cervantino en el corto espacio de tiempo que va desde el desastre del 98 hasta la celebración del tercer centenario de la primera parte de la novela, en 1905.
La exposición se articula en dos grandes ejes: por un lado, Don Quijote como núcleo de reflexión sobre la decadencia patria, su idiosincrasia y sus posibles vías de regeneración; y, por otro, Don Quijote como personaje “adaptado” a la estética finisecular y, por tanto, considerado a la luz de un nuevo tiempo.